jueves, mayo 22

Brutal agresión de la Ertzaintza deja a una mujer colombiana con un edema cerebral y una parálisis parcial


La Ertzaintza ha abierto una investigación interna sobre la brutal agresión sufrida por Karen Daniela Ágredo Palacio, una mujer colombiana de 32 años que, tras ser arrestada en San Sebastián, terminó ingresada en la UCI del Hospital Donostia con un edema cerebral y una parálisis parcial.

El diario colombiano El País de Cali ha informado que durante la detención, los agentes “le propinaron golpes, la redujeron y perdió el conocimiento” mientras se encontraba en los calabozos de la Policía vasca. Un nuevo caso que evidencia cómo la violencia institucional se ceba con los cuerpos racializados sin consecuencias reales para los agresores.

Un patrón de brutalidad policial

El Departamento vasco de Seguridad asegura que la unidad de Asuntos Internos está investigando “desde el primer momento” lo ocurrido y ha trasladado el caso a la Comisión de Control y Transparencia de la Policía autónoma. Sin embargo, sabemos bien que estos mecanismos internos suelen servir más para encubrir a los agresores que para garantizar justicia a las víctimas.

Los hechos ocurrieron el pasado 1 de febrero a la salida de una discoteca en el centro de San Sebastián. Agentes de la Ertzaintza intervinieron en una discusión entre dos hombres, uno de los cuales era la pareja de Karen Daniela. Según el testimonio de su familia, recogido por el diario colombiano, la mujer reclamó “a gritos” a los policías “por qué se llevaban a su novio si no había hecho nada”.

Ese simple cuestionamiento fue suficiente para que los agentes desataran su violencia. Según relata su entorno, “uno de los policías se revolvió, la empujó y ella cayó al piso. Se golpeó la cabeza, quedó inconsciente y aun así, se subieron encima de ella y la seguían golpeando, como se puede ver en fotos y videos”.



La agresión no terminó ahí. Karen Daniela, madre de dos niñas de 5 y 12 años, fue trasladada a comisaría, donde los agentes continuaron atacándola, tal como consta en su denuncia. Su madre, Deisy Palacio, denuncia que pasaron alrededor de ocho horas antes de que finalmente fuera llevada al hospital.

El parte médico emitido el 6 de febrero en el Hospital Donostia señala que Karen Daniela sufrió un “edema cerebral y un hematoma intraparenquimatoso”, con un diagnóstico principal de “hemorragia cerebral, ganglios de la base derechos”. Además, presentaba una parálisis facial parcial. A pesar de haber recibido el alta, su recuperación será larga y las secuelas aún son inciertas.

Esta mujer, que lleva dos años en España trabajando en el sector de los cuidados, ha experimentado en carne propia lo que tantas personas racializadas denunciamos: el abuso policial como práctica sistemática y la impunidad con la que actúan las fuerzas de seguridad cuando las víctimas no son blancas.

Testimonios de la brutalidad policial

Yaneris, trabajadora de la discoteca, fue testigo de la agresión y ha denunciado la brutalidad policial. “La chica no se resistía en ningún momento porque yo la vi inmóvil. Aun así, uno de los agentes de la Policía le propinaba golpes con un extensible en la parte superior de la cadera hacia arriba”.

Al intentar intervenir, Yaneris también fue agredida: “Me acerqué y le dije que por qué le pegaba de esa manera si ella estaba inconsciente en el suelo. Ahí él se vino donde mí y también me pegó tres veces en el muslo izquierdo, provocándome grandes hematomas”.

Su testimonio desmiente cualquier justificación que la Ertzaintza pueda ofrecer. “Yo la vi ahí, tirada en el suelo, sin moverse. Le pegaban y le pegaban, pero ella no hacía ningún gesto, no se movía. Eso fue lo que presencié en ese momento”.

Finalmente, los agentes se aseguraron de silenciar testigos: “A mí me cogieron y me metieron para la discoteca. No dejaban que nadie se acercara, solo estaban ellos. Había dos o tres personas mirando de lejos, pero no nos dejaban acercarnos”.

Racismo institucional e impunidad

El caso de Karen Daniela Ágredo Palacio no es un hecho aislado, sino parte de un patrón de violencia racista estructural dentro de las fuerzas de seguridad. Los cuerpos policiales en España llevan décadas operando con impunidad cuando las víctimas son migrantes o personas racializadas. La brutalidad policial que muchas veces se minimiza o se justifica con discursos de “resistencia” o “desobediencia” se traduce, en la realidad, en agresiones impunes contra quienes no tienen el privilegio de ser protegidos por el sistema.

Exigimos justicia para Karen Daniela. Exigimos que los responsables de su brutal agresión sean identificados y castigados, que la investigación no sea un mero trámite burocrático y que la sociedad entienda que estos abusos policiales no son accidentes ni excepciones, sino una consecuencia directa del racismo estructural que sigue operando en España.

Afroféminas



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